El origen de la familia de las vacas marinas sigue sin estar claro, pero el hallazgo de los fósiles de un cráneo en Túnez, de hace unos 48 millones de años, ha aportado nuevos datos sobre el origen de los grandes mamíferos marinos como los manatíes y los dugongos. Según sugiere un estudio publicado en PLOS ONE, las primeras vacas marinas se originaron en África y vivían en lagos o ríos, no en el mar.
El fósil fue desenterrado en octubre de 2008 por un equipo de paleontólogos del Instituto de Ciencias de la Evolución de la Universidad de Montpellier (Francia) y geólogos de la Oficina Nacional de Minas de Túnez. Anteriormente se habían encontrado otros fósiles de ancestros de vacas marinas en Jamaica con una edad parecida a la del hallado en Túnez.
Por lo que respecta a las medidas del animal encontrado en Túnez, los investigadores señalan que es muy difícil dar una estimación precisa, ya que sólo se ha encontrado un pequeño fragmento de un hueso del cráneo, en concreto del sistema auditivo. Pero según una estimación el nuevo espécimen probablemente era un animal con un peso de unos 40 o 50 kilogramos, lo que lo convierte en la vaca marina más pequeña descubierta hasta la fecha. La principal diferencia entre estos animales primitivos y los actuales sirenios es su tamaño: los de ahora pesan entre 100 y 600 kilogramos.
Además, los científicos que firman el nuevo estudio señalan que, a pesar de que se ha dado por hecho que los sirenios siempre se alimentaron de plantas acuáticas, será necesario realizar más análisis para averiguar si esta nueva especie se alimentaba exclusivamente de plantas, y si se se trataba de plantas de agua dulce.
Los científicos creen que las vacas marinas (vaca marina de Steller, 'Hydrodamalis gigas') se extinguieron a finales del siglo XVIII debido a la gran demanda de su carne, de su grasa y de su piel. La gran calidad de estos productos unida a su docilidad convirtió a estos animales en uno de los objetivos favoritos de los cazadores.
El Mundo
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