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viernes, 28 de diciembre de 2012

El hambre no acabó con los leones americanos ni con los dientes de sable.

Un nuevo análisis de los patrones de desgaste microscópico de dientes de leones americanos y gatos de dientes de sable revela que justo antes de su extinción, no recurrieron al comportamiento de roer sus presas hasta el hueso debido a la escasez de alimentos, lo que sugiere que la falta de presas probablemente no fue la razón principal por la que estos grandes felinos se extinguieron.

Los resultados, publicados esta semana en revista 'Plos One' por Larisa DeSantis de la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos) y sus colegas, compara los patrones de desgaste de dientes fósiles de 15 leones (Panthera atrox americano) y 15 gatos dientes de sable (Smilodon fatalis) de hace entre 12.000 y 30.000 años que se recuperaron en los yacimientos de La Brea (Los Ángeles).

El gato de dientes de sable y el león americano se encontraban entre los mayores carnívoros terrestres que vivieron en su tiempo y se extinguieron junto a otros animales de gran tamaño hace aproximadamente 12.000 años. Estudios previos han sugerido muchas razones para su extinción, incluyendo el cambio climático, la actividad humana y la competencia de los seres humanos y otros animales para la alimentación.

Los científicos del nuevo estudio han descubierto que los gatos de dientes de sable probablemente consumieron huesos con regularidad, pero no se encontraron diferencias en el consumo de hueso entre los fósiles más antiguos y los más recientes, lo que sugiere que la dieta de estos felinos no cambió significativamente cerca de la fecha de su extinción.

Por el contrario, los leones americanos no consumieron mucho material óseo, incluso en la época de su extinción y el patrón de desgaste de dientes era similar al de los guepardos, que evitan activamente el hueso en su presa.

Según los científicos, los resultados de informes anteriores que revelan que los dos tipos de felinos tienen más de tres veces el número de colmillos rotos es una evidencia adicional que apoya su conclusión de que la mayor parte de la roturas de los dientes ocurrió durante la caza en lugar de por escasez de alimentación.

Además, los investigadores sostienen que el gran tamaño de los carnívoros extintos y sus presas puede ayudar a explicar el gran número de dientes rotos, ya que los dientes grandes se rompen más fácilmente que los más pequeños. Los gatos dientes de sable eran del tamaño de un león africano de hoy y el león americano era un 25 por ciento más grande, por lo que los grandes carnívoros tienen los dientes caninos más propensos a romperse al derribar a una presa más grande.

Europa Press

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