Científicos han hallado en Capadocia (Turquía) el cráneo de un rinoceronte que vivió hace 9,2 millones de años y que se coció vivo durante una erupción volcánica, una rareza ya que son pocos los fósiles (menos de un 2%) los que se conservan en roca volcánica.
En junio de 2010, un equipo de vulcanólogos de la universidad turca de Hacettepe descubrieron el cráneo y la mandíbula, en un depósito de roca ígnea ignimbrita, situado en la ladera de un riachuelo. Se necesitaron tres días del trabajo de paleontólogos franceses y turcos para poder desenterran los fósiles.
Los investigadores creen que los restos pertenecen a un gran rinoceronte de dos cuernos (Ceratotherium neumayri), común en la época del mioceno tardío en esa provincia oriental mediterránea.
Los paleontólogos analizaron el estado de los huesos y los dientes para reconstruir las circunstancias de la muerte del animal y llegaron a la conclusión de que fue "cocido vivo" a temperaturas de cerca de 400 grados centígrados en un flujo volcánico similar al de la erupción del monte Vesubio en Italia en el año 79 d.c.
Según la investigación, su muerte fue "prácticamente instantánea" y le siguió una severa deshidratación debido al calor extremo de la erupción. El rinoceronte se asó a una temperatura cercana a los 400 grados centígrados y se desmembró dentro del flujo piroclástico y el cráneo se separó del cuerpo. Después, las cenizas volcánicas arrastraron el cráneo a 30 kilómetros del lugar de la erupción, donde fue descubierto.
El estudio ha sido publicado en la edición digital de la revista PLOS ONE.
ABC
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