Investigadores de la Universidad de Arizona (EEUU) han encontrado en China el fósil de un artrópodo de hace 520 millones de años en el que se aprecia, muy bien conservado, su cerebro. De momento, es el más antiguo descubierto y sitúa la aparición de los primeros cerebros anatómicamente complejos en la Tierra mucho antes de lo que se creía. Los investigadores señalan en la revista Nature que esas estructuras cerebrales han cambiado poco durante la evolución.
El fósil pertenece a la especie Fuxianhuia protensa, un linaje extinto de artrópodos que combinan una anatomía cerebral avanzada con un cuerpo primitivo.
Los investigadores creen que el hallazgo podría resolver un largo debate sobre cómo y cuándo evolucionaron los cerebros complejos y podría dar pistas para conocer cómo evolucionaron los artrópodos que dieron origen a los insectos.
Algunos científicos creen que los insectos evolucionaron a partir de un ancestro que dio lugar a los malacostráceos, un grupo de crustáceos entre los que se encuentran cangrejos y camarones, mientras que otros apuntan a un linaje de crustáceos menos conocidos llamados branquiópodos.
Debido a que la anatomía del cerebro de los branquiópodos es mucho más simple que la de los malacostráceos, los primeros han sido considerados como los antepasados más probables del linaje de artrópodos que daría lugar a los insectos. Sin embargo, el descubrimiento de un cerebro complejo en este organismo primitivo hace este escenario poco probable.
Los autores también señalan que en algunos artrópodos modernos su cerebro ha pasado de ser complejo a simple.
El fósil apoya la idea de que una vez que el diseño básico del cerebro ha evolucionado, cambia poco con el tiempo. Sin embargo, los componentes periféricos tales como los ojos, las antenas y otros apéndices, órganos sensoriales, etc, se someten a una gran diversificación y se especializan en diferentes tareas, pero todos conectados al mismo circuito básico.
Imagen Xiaoya Ma
ABC
1 comentario:
Es impresionante la información que puede dar este tipo de fósiles tan bien conservados. Ayudan a desentrañar la historia evolutiva de grupos tan antiguos como los artrópodos, y rellena huecos donde solo teníamos especulación e hipótesis.
Dino Alasdrogas
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