Las dos nuevas especies vivían cerca de una cadena de volcanes en lo que ahora son los Andes chilenos. A través del estudio de los dientes de la antigua chinchilla los científicos dedujeron que estos animales vivían en un ambiente abierto y seco 15 millones de años antes de que los pastizales surgieran en otras partes del mundo.
Las nuevas especies son el Andemys termasi (ratón de los Andes) y el Eoviscaccia frassinettii, y han resultado ser los segundos roedores más antiguos descubiertos en América del Sur. Ambas se distinguen por sus dientes. La chinchilla chilena tiene coronas altas que se extendían por debajo de las encías, lo que le permitía comer alimentos ásperos como la hierba. Ese patrón dental se llama hipsodoncia y se interpreta generalmente como una adaptación que surgió en respuesta a la propagación de los entornos verdes.
Los científicos creen que los antepasados de estos animales llegaron a América del Sur desde África en balsas de residuos. Una vez allí, se diversificaron en algunas de las especies únicas que vemos hoy.
La investigación aparece publicada esta semana en American Museum Novitates, una revista científica del Museo Americano de Historia Natural.
Reconstrucción de V. Simeonovski & D.A. Croft
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