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miércoles, 29 de febrero de 2012

La temible dentadura del Tiranosaurio rex.

Hasta hace poco, la mayoría de los investigadores que estudiaban la dentadura del dinosaurio carnívoro Tiranosaurio rex, sólo tenían en cuenta los diferentes tamaños de sus dientes. Pero la paleontóloga de la Universidad de Alberta, Miriam Reichel descubrió que más allá de la obvia diferencia de tamaño de los dientes del T. rex, existe una variación considerable en sus bordes.

Según la experta, los bordes no sólo permitieron a los dientes ser tan fuertes para cortar a través de la carne y el hueso, sino que su ubicación y el ángulo de los dientes también dirigieron la comida en su boca.

Reichel analizó los dientes de toda la familia de los T. rex y se encontró que tenían una gran variación en la morfología o estructura de los dientes. Sin duda, la especialización dental fue un gran beneficio para el dinosaurio carnívoro.

La investigación de Reichel muestra que el T. rex con los dientes frontales agarraba y tiraba, y con los dientes laterales perforaba y desgarraba la carne. Los dientes posteriores tenían una doble función: no sólo servían para rebanar y cortar los trozos de carne, sino que también se usaban para ayudar a tragar los alimentos.

Reichel cree que los resultados de su estudio contribuyen a la clasificación de los tiranosáuridos como animales heterodóntidos, es decir que poseen dientes adaptados para diferentes funciones dependiendo de su posición en la boca.

Un aspecto sorprendente de la dentición del Tiranosaurio rex, común a todos los tiranosáuridos, es que no eran afilados como una daga, sino que más bien eran redondeados como un plátano. Si los dientes hubieran sido afilados como cuchillos, podrían haberse roto fácilmente en el momento en el que la presa luchara para defenderse.

La investigación de Reichel ha sido publicada en
The Canadian Journal of Earth Science.

Science Daily

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