El hallazgo, publicado en la revista "Naturwissenschaften", amplia la comprensión de la enfermedad dental y revela las ventajas y desventajas a las que ciertos animales hicieron frente cuando sus dientes se desarrollaron para alimentarse tanto de carne como de plantas.
Para este trabajo, analizaron las quijadas de varios especímenes fosilizados de la especie 'Labidosaurus hamadu', un reptil terrestre que vivió hace 275 millones de años en Norteamérica. Entre ellos, destacaba un ejemplar al que le faltaban los dientes, y del que descubrieron que esa pérdida y la destrucción del hueso, fue causada por una infección masiva.
Para poder vivir en tierra estas especies de reptiles tuvieran que desarrollar unas características craneales y dentales que les permitieran incorporar a su dieta vegetales y semillas. Los dientes que antes estaban poco fijos a las mandíbulas y eran sustituidos continuamente, tuvieron que cambiar y se ensamblaron más fuertemente a las quijadas, con lo cual el reemplazo dental comenzó a ser o muy escaso o nulo.
El ensamblado más fuerte fue una ventaja ya que les permitía masticar un largo rato el alimento y, así, mejorar la absorción de los nutrientes, pero al perder la posibilidad de cambiar a menudo sus piezas dentales, aumentó la probabilidad de sufrir dolorosas infecciones en la mandíbula, dado que la exposición prolongada de la cavidad dejada por el diente era presa de bacterias en mayor medida.
El Mundo.es Foto Reisz R R.Science Daily
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