El sapo, con una coraza gruesa y con dientes, fue un anfibio tan extraordinario que incluso podría haber devorado a dinosaurios recién nacidos, según los paleontólogos.
Por sus características tan novedosas, los científicos, encabezados por el paleontólogo David Krause, de la Universidad Stony Brook, lo han denominado "sapo diabólico".
Los fósiles del sapo datan de finales del periodo Cretáceo.El equipo de Krause, que dio al sapo el nombre científico "Beelzebufo ampigna", trabaja con expertos del University College de Londres para determinar que su descubrimiento no se puede relacionar con otros sapos de África.
Los científicos determinaron que el sapo gigante podría pertenecer a la familia de las ranas ceratophrys de América del Sur.
El descubrimiento de los vínculos familiares del sapo gigante con anfibios similares en América del Sur arroja una duda sobre las teorías del desplazamiento de los continentes, indica Krause.
Las teorías indican que lo que hoy es Madagascar fue separado de América del Sur por el océano durante la era del sapo gigante, pero "las ranas no pueden sobrevivir durante mucho tiempo en agua salada", aseveró el paleontólogo.
Los científicos determinaron que el sapo gigante podría pertenecer a la familia de las ranas ceratophrys de América del Sur.
El descubrimiento de los vínculos familiares del sapo gigante con anfibios similares en América del Sur arroja una duda sobre las teorías del desplazamiento de los continentes, indica Krause.
Las teorías indican que lo que hoy es Madagascar fue separado de América del Sur por el océano durante la era del sapo gigante, pero "las ranas no pueden sobrevivir durante mucho tiempo en agua salada", aseveró el paleontólogo.
Dibujo Reuters Público
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